¿Enfadarme con mi hijo es malo? ¿es mejor controlar mis emociones delante suyo?
Tiempo de lectura: 4 minutos
Si lo prefieres, puedes escuchar el artículo en audio, aquí te dejo el reproductor:
¿No debería enfadarme con mi hijo? ¿Soy una mala madre o mal padre cuando me enfado? En este artículo quiero hablarte de aquellas emociones que socialmente vemos como “malas”, cómo gestionarlas y qué repercusiones puede tener en ti y en tu hijo, permitirte expresarlas o intentar controlarlas.
Estas son algunas cosas que he escuchado o leído recientemente:
“Justo así me siento hoy, con mucha culpa porque me he enfadado… y pienso que, de nada sirve este curso que me han regalado si vuelvo a caer. ¿De qué sirve mi esfuerzo para hacerlo cada día mejor, para educarlas desde el cariño… si luego me enfado con ellas? Y he tenido un debate interno horroroso.”
“Quiero aprender a no enfadarme con mi hijo, no quiero perder la compostura, no sé cómo controlarlo…”
¿Cómo lo vives tú?
Me encantaría saber qué sientes tú acerca de estas preguntas y en estas situaciones.
Puedes compartir más abajo en los comentarios, seguro que te ayuda a tomar conciencia de algo, y a otras familias también les es útil.
Lo intento, pero no puedo evitar enfadarme con mi hija.
Permíteme ser muy honesta contigo y decirte algo que igual te echa para atrás, que es que:
Tienes todo el derecho del mundo a enfadarte.
Te comparto estas preguntas:
– ¿cómo reaccionas tú cuando tu hijo o hija se enfada?
– ¿permites que se enfade y exprese su malestar?
– ¿o, crees que eso es malo, y entonces intentas algo para que deje de estar enfadado?
No me gusta decirte lo que debes pensar, ni darte las respuestas a lo que tú necesitas, porque no tengo derecho a opinar sobre lo que es mejor para ti.
Ya bastante nos han dicho lo que debíamos hacer en nuestra infancia, y todavía aún aparece ese mecanismo de: “quiero que el otro me diga lo que es mejor para mí”.
Yo no sé lo que es mejor para ti, tu hija o tu familia. Pero si puedo hablarte de mi experiencia en relación a las emociones, tanto a nivel personal como a la hora de acompañar a las niñas y niños.
Como explico en este artículo sobre Coherencia Emocional, “Las emociones no son buenas ni malas, son energía para actuar.”
La aceptación: el primer paso para gestionar tu enfado con tu hijo.
Veo muy a menudo cómo las familias ponen todo el foco en sus hijos, y se olvidan de si mismas.
Y también percibo mucha culpa, y mucho miedo a hacerlo mal, miedo a hacer daño a los niños, cuando en realidad partimos de que ya nos estamos haciendo daño a nosotros mismos, los adultos.
Es decir, que si no tomo conciencia de cómo me trato a mi misma, ¿cómo voy a tratar yo a un niño?
¿Me sigues?
Por ejemplo, hoy en día estamos viendo mucho el tema de las emociones en la etapa infantil. Con el libro de El monstruo de los colores, por ejemplo.
Les mostramos que hay tristeza, enfado, alegría, miedo, asco…
Y que son emociones, ni buenas ni malas. Emociones.
Y expresar las emociones es algo sano, saludable, sea cual sea esa emoción.
Y yo me pregunto… ¿si para los niños está bien enfadarse, por qué los adultos no podemos enfadarnos?
Quizá me ha molestado algo que has hecho, quizá me he sentido mal en relación a un comportamiento… Yo también tengo derecho a perder la paciencia, a enfadarme y a expresar mi enfado con un niño.
De hecho, cuando yo me enfado con un niño y se lo digo, o simplemente respeto mi emoción y me escucho, sin intentar controlarlo, el también aprende que eso es posible.
Aprende que no hay nada de malo en enfadarte, que es parte de algo que estás transitando.
No es lo mismo enfadarme con mi hija y pagarlo con ella, que mirar qué estoy sintiendo y permitir que esa emoción se exprese de forma natural.
A veces, estamos enfadados por cosas que nos han pasado en el trabajo, o por una conversación que he tenido con mi madre, o porque estoy tan agobiada, estresada o cansada que ya no tengo paciencia para nada, y salto a la primera de cambio.
Es muy distinto, volcar esas emociones en tu hija o hijo, “desahogarte, pagarlo con ella, o para entendernos mejor, con perdón: “echarle tu mierda encima”… que sentir enfado por algo que ha hecho, y compartir con el o ella que te sientes enfadado.
¿Ves la diferencia?
Creo que es muy importante aprender a distinguir cual es la causa o aquello qué te ha generado ese enfado.
Es decir, te das cuenta de que te estás sintiendo enfadada y te puedes preguntar a ti misma: ¿de dónde viene este enfado? ¿Cuál es el motivo? ¿es por algo que ya traigo de otra situación? ¿es por algo que ha hecho mi hijo? ¿y qué es lo que me enfada concretamente? ¿qué puedo hacer yo en relación a esto que estoy sintiendo?
Enfadarme con mi hijo, ¿es bueno o malo? ¿qué es lo correcto?
Como conclusión, enfadarse con el otro, ya sea un niño o un adulto, no es bueno o malo. Es lo que está ocurriendo, punto: estoy enfadada.
Lo interesante aquí, es este camino de “autoconocimiento”, de hacerte consciente de qué te ha provocado ese enfado, y de qué recursos necesitas para gestionarlo.
Si necesitas poner un límite a tu hijo, si necesitas mirar dentro de ti para ver si viene de otra situación, o si te recuerda a algo de tu infancia que te saca de quicio, etc.
Te invito a reflexionar sobre esto.
Y recuerda, es un camino ¡y estás aprendiendo! 😉
Así que, trátate con cariño.
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¿Cómo vives tú este tema de enfadarte con tu hijo o hija? ¿Qué experiencias o dificultades tienes en relación a esto?
Comparte con nosotros tus reflexiones, preguntas o dudas que te surjan.
Te leemos!
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Acerca de la Autora: Iraide Rabadán
En vez de resignarme a un trabajo que no me satisfacía, he creado Proyecto Aloha.
Ahora vivo de lo que me apasiona. He aprendido a escucharme y tomar responsabilidad de mi vida, te ayudo a Educar con consciencia y todo esto lo hago junto al hombre que amo.
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Hola,
Tengo muuucha paciencia y no me enfado con el fácilmente. Cuando me ha ocurrido el ha querido que juegue con él y le he dicho que no quiero, que estoy enfadada. Luego, cuando se me pasa le digo que aunque me haya enfadado le quiero mucho. Cuando le he gritado y se ha echado a llorar le abrazo y le digo que no debo hablarle así.
A mí me preocupa más cuando yo y mi pareja nos enfadamos, nos hablamos mal o gritamos y el está ahí. Y no nos decimos no debí haberte gritado o dicho tal cosa ….
Hola Ainhoa!
pues si, como decías en otro comentario sobre la perfección. Somos humanos, y a veces nos enfadamos y gritamos, o hablamos mal al otro. Creo que es interesante observar cómo te sientes en esos momentos, ver si hay juicio ahí, hacia ti misma. Y mirar esa emoción. Muchas gracias por todo lo compartido 😉 es muy enriquecedor leerte y que te permitas expresarlo también. Es un regalo también poder decirle a un niño como te estás sintiendo, honestamente, porque eso también ayuda a que identifique sus propias emociones y se sienta libre de expresarlas. Qué bueno 😉 Un abrazo!